Un palestino siempre
tiene una sensación de dolor
en donde quiera que este
y haga lo que haga.
Samar Dudin Karajah
tiene una sensación de dolor
en donde quiera que este
y haga lo que haga.
Samar Dudin Karajah
Un murmullo para el pueblo
que no ha dejado de ver de frente al mar,
una lágrima por el valor de sus mujeres,
un abrazo por el honor de sus hijos.
Has estado allí desde siempre
por eso la tierra guarda sangre infinita derramada
para que en los días de fiesta de la patria
eleven cometas los hijos de los cuatro colores,
azotada por el viento
sucia por el polvo
destrozada por ondear libre donde algunos dicen que no lo es.
Ahí está dispuesta
haciéndose fuerte como las cosas buenas
que de tanto destruirlas siempre están.
Viendo las imágenes de las comunicaciones
he visto suficiente,
algún día veré lo justo
para que las manos descansen de sostener las cadenas de mi boca,
he visto los ojos de las túnicas
sin mirada,
sin mirada los ojos de los niños.
Tengo esos ojos en los ojos de la ceguera,
he visto firmar tratados, sin ver la paz en lo obvio
he visto gente arrinconada,
sigo viendo la libertad ser negada en el suelo sagrado,
todavía no veo mañanas en esos rostros cubiertos por Kufiyyas.
Es sublime el valor de esas imágenes.
Tengo dolor de patria, porque mi patria es la tierra entera.
En el viento de Gaza
el calor de los caídos
el lamento de las viudas
los hijos sin guía,
siento lo invisible
que es la verdad eterna.
El sentimiento de obtener vida
para dar a los que aún no han caminado
una vida digna en un aire de vientos titilantes
de llamas azules doradas en el firmamento,
donde el espacio toca el alma de los hombres
y debe crearse a si mismo diferente, libre.
que no ha dejado de ver de frente al mar,
una lágrima por el valor de sus mujeres,
un abrazo por el honor de sus hijos.
Has estado allí desde siempre
por eso la tierra guarda sangre infinita derramada
para que en los días de fiesta de la patria
eleven cometas los hijos de los cuatro colores,
azotada por el viento
sucia por el polvo
destrozada por ondear libre donde algunos dicen que no lo es.
Ahí está dispuesta
haciéndose fuerte como las cosas buenas
que de tanto destruirlas siempre están.
Viendo las imágenes de las comunicaciones
he visto suficiente,
algún día veré lo justo
para que las manos descansen de sostener las cadenas de mi boca,
he visto los ojos de las túnicas
sin mirada,
sin mirada los ojos de los niños.
Tengo esos ojos en los ojos de la ceguera,
he visto firmar tratados, sin ver la paz en lo obvio
he visto gente arrinconada,
sigo viendo la libertad ser negada en el suelo sagrado,
todavía no veo mañanas en esos rostros cubiertos por Kufiyyas.
Es sublime el valor de esas imágenes.
Tengo dolor de patria, porque mi patria es la tierra entera.
En el viento de Gaza
el calor de los caídos
el lamento de las viudas
los hijos sin guía,
siento lo invisible
que es la verdad eterna.
El sentimiento de obtener vida
para dar a los que aún no han caminado
una vida digna en un aire de vientos titilantes
de llamas azules doradas en el firmamento,
donde el espacio toca el alma de los hombres
y debe crearse a si mismo diferente, libre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario