¿Último despertar?
Somewhere towards the end of the line
Diana Athill
La vida es la distancia entre dos puntos
Que nunca se recorre en línea recta
Son colinas sus días despertamos
Del soñar que nos lleva hacia el pasado
Y revive de nuevo en un segundo
Las nietas y los nietos que añoramos
Cuando niños nos fueran la dilecta
fuerza de solazarnos que ha callado
La vida es la distancia entre dos juegos
Que hacen las noches del amor gozándonos
De estar enamorados olvidándonos
De todos los trabajos y señales
Son un instante de locura al viento
Donde apostamos todo en espirales
Con riesgo de arruinarnos al perderlo
Ante el amor que pasa alborozándonos
La vida es la distancia que hacia afuera
Nos lanza sin temor a su aventura
En tanto navegamos en su océano
Marineros en busca de los puertos
Con el mar en los ojos que aligera
En ola existencial de su espesura
La amargura de tantos archipiélagos
La vida es la distancia que inaugura
En su pasión ferviente de servirla
El surco del silencio en el espíritu
Por instantes o años deja huellas
Profundas sinfonías ligadura
De intensidad volcánica al sentirla
Terremoto de fuego en sus estrellas
La vida es este instante que suspende
Sin tiempo el recorrido entre estos puntos
El que sabemos del inicio siempre
Con el sabor del canto en sus viñedos
Desde el río que ignora lo que viene
Y el instante al momento que sorprende
Sin poder alejarlo en contrapunto
Del qué será con todos sus enredos
La vida es el después de aquellos puntos
Que hace canto el poeta al escribirla
Frente a ventana que imagina o sueña
Epifanía que marca sus vivencias
Y al final de la línea son conjuntos
Que hacen verter la sangre al sumergirla
En palabra que sea contraseña
En llegando al final de su experiencia
para
Fernando Caycedo y
Gonzalo Mallarino
Enero 2009
Somewhere towards the end of the line
Diana Athill
La vida es la distancia entre dos puntos
Que nunca se recorre en línea recta
Son colinas sus días despertamos
Del soñar que nos lleva hacia el pasado
Y revive de nuevo en un segundo
Las nietas y los nietos que añoramos
Cuando niños nos fueran la dilecta
fuerza de solazarnos que ha callado
La vida es la distancia entre dos juegos
Que hacen las noches del amor gozándonos
De estar enamorados olvidándonos
De todos los trabajos y señales
Son un instante de locura al viento
Donde apostamos todo en espirales
Con riesgo de arruinarnos al perderlo
Ante el amor que pasa alborozándonos
La vida es la distancia que hacia afuera
Nos lanza sin temor a su aventura
En tanto navegamos en su océano
Marineros en busca de los puertos
Con el mar en los ojos que aligera
En ola existencial de su espesura
La amargura de tantos archipiélagos
La vida es la distancia que inaugura
En su pasión ferviente de servirla
El surco del silencio en el espíritu
Por instantes o años deja huellas
Profundas sinfonías ligadura
De intensidad volcánica al sentirla
Terremoto de fuego en sus estrellas
La vida es este instante que suspende
Sin tiempo el recorrido entre estos puntos
El que sabemos del inicio siempre
Con el sabor del canto en sus viñedos
Desde el río que ignora lo que viene
Y el instante al momento que sorprende
Sin poder alejarlo en contrapunto
Del qué será con todos sus enredos
La vida es el después de aquellos puntos
Que hace canto el poeta al escribirla
Frente a ventana que imagina o sueña
Epifanía que marca sus vivencias
Y al final de la línea son conjuntos
Que hacen verter la sangre al sumergirla
En palabra que sea contraseña
En llegando al final de su experiencia
para
Fernando Caycedo y
Gonzalo Mallarino
Enero 2009